martes, 6 de mayo de 2014

UN GRITO


¡Qué no puedo!
No puedo cerrar mis ojos,
cobarde, ante sus penas.
Porque no quiero verlos
tumbados en la acera
sin ponerles remedio.
¡Porque han vuelto!
Los pobres han vuelto
a poblar las esquinas
recordándome escenas
de mis tiempos de niña.
¡Y ya no puedo!
No puedo verlos
sin ponerles remedio.
No quiero ver sus ojos
rendidos ante el mundo
que ignora sus sueños.
¡Porque han vuelto!
Más no llevan harapos
los nuevos mendigos
vestidos con desechos de los ricos.
¡Y ya no puedo!
Ya no puedo verlos 
sin ponerles remedio.
Porque han vuelto...
pero ahora no hablan, 
no miran al que pasa.
Perdida la esperanza, 
hincados de rodillas,
escriben en cartones las palabras
que claman sus desgracias
escondiendo la cara.
¡Y ya no puedo verlos!
Porque han vuelto...
Con ellos ha vuelto la miseria 
y las calles se llenan
de seres derrotados
que agachan la cabeza.
¡Y así no quiero verlos!
Unamos nuestras fuerzas
y gritos de protesta.
Con un impulso nuevo
venzamos nuestra inercia.
paliemos la dureza
de sus vidas desiertas.
Busquemos sin desmayo
remedio a la pobreza.

Mayo de 2014.